Hablando un poco acerca de la Modernidad, todo empieza cerca del siglo XVIII, en tiempo de los borbones, esa época se pretendía hacer una reforma encaminada a la separación de Iglesia – Estado, dado que la presión que tenían los borbones en Europa, debido a las contantes intervenciones de sus vecinos, los lleva a buscar nuevas formas de control de sus territorios, inician aminorando la intervención de Roma en los asuntos eclesiásticos españoles, disminuyen la autonomía de los tribunales eclesiásticos, así como el número de clérigos y su riqueza. Otra acción para tratar de quitarle el poder que ejercía la iglesia en América fue la expedición de cedulas reales. La Real Cédula entró en vigor en Nueva España el 6 de septiembre de 1805; su ejecución provocó serios problemas sociales, económicos y religiosos. Ésta es una de las principales causas de la independencia de México ya que este malestar afectó seriamente y “des-capitalizó” a ricos, “clases medias” y trabajadores agropecuarios. Esto fue una causa del levantamiento de aquel 16 de septiembre de 1810, con Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio Allende quienes perdieron parte de su fortuna por efecto de estas cedulas, recordando que el movimiento independentista lo inicia el clero, a través de sacerdotes quienes poseían grandes riquezas y quienes fueron los principales afectados por estas reformas. Pero en 1820 con la jura de la Constitución de Cádiz por parte de Fernando VII, nuevamente se radicaliza el espíritu reformista, entre las nuevas reformas propuestas están los temas de libertad de imprenta, la reforma eclesiástica y la transformación de las estructuras administrativas y judiciales. Estas reformas propuestas por Fernando VII no fueron bien vista por el clero mexicano, logrando ver estos, con buen ojo a los autonomistas que buscaban separarse totalmente de España De hecho la culminación de la independencia de México es apoyada por la iglesia Católica que buscaba a toda costa conservar sus privilegios. Estas reforman estaban encaminadas a eliminar el poder de los miembros del clero, reducían el diezmo, entre otras medidas que contribuyeron a alimentar la creciente enemistad del clero hacia el régimen y contribuyeron a que la iglesia buscara el derrocamiento de régimen de Fernando VII, basta observar que al jurar la Constitución de Cádiz en marzo de 1820, los españoles inconformes, se reunieron en el templo de la profesa para conspirar, siendo el dirigente principal el canónigo Matías Monteagudo. El plan consistía en separarse de España, impedir la aplicación de la constitución de Cádiz y ofrecer el trono a un miembro de la familia real española. Para los efectos del plan eran necesarios los servicios de un militar español que les inspiraba confianza; por tanto, se propuso al coronel Agustín de Iturbide, nuevamente la iglesia católica fue artífice de un movimiento revolucionario en nuestro país con la única finalidad de mantener sus privilegios. Es así como se fue gestando una nación que careció de identidad propia, siempre dependiendo de la relación de poder económico y político con la iglesia, y no cambio demasiado, basta ver en el documento que se redacto para dar por concluida la independencia de México, el plan de iguala “La religión de la Nueva España es y será la católica, apostólica romana, sin tolerancia de otra alguna” Pero no es hasta la guerra de reforma que se consagró definitivamente la forma de gobierno republicano federal y representativo, modifico el orden económico y social, haciendo entrar en circulación las enormes riquezas acumuladas por la Iglesia, Ese movimiento tuvo necesariamente que dirigirse contra el sistema clasista mantenido por gobiernos conservadores y reaccionarios que preservaba la posición hegemónica que secularmente ocupaba el alto clero en la vida de México. La expedición de las Leyes de Reforma causó en todo el país una verdadera conmoción por lo avanzado de sus preceptos y doctrinas y lo trascendental de sus aspiraciones y tendencias, produjeron desde luego, como era natural, impresiones opuestas y perfectamente justificadas. Este fue el sentir de las leyes de la Reforma, en el orden político y espiritual, consideraban una independencia del Estado con respecto al poder de la Iglesia y la libertad de conciencia. Sin embargo cabe mencionar que las leyes de reforma tuvieron aspectos que jurídicamente no fueron bien realizados. Las Leyes de Reforma no implican un ataque a la religión católica, son el ingreso de nuestro país a un Estado moderno, son la garantía de respeto a cualquier religión y a las libertades de conciencia y culto, una prueba de ellas es que durante el imperio Maximiliano no tocó las Leyes de Reforma; sus principios fueron también normas durante su gobierno. Lo anterior comprueba y ratifica que las Leyes de Reforma no fueron, no son un ataque a religión alguna, sino el cimiento de cualquier Estado moderno y defensor de las libertades.
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